La incidencia del ser humano sobre nuestro entorno ha sido más que evidente, particularmente desde la Revolución Industrial, haciéndose más notoria en la década de los 60-70 y muy específicamente sobre la atmósfera; de hecho fueron los eventos de inversión térmica y smog en Londres uno de los antecedentes más importantes que derivaron en la regulación en materia ambiental. Pese a lo anterior, décadas después, en ciudades como Bogotá en Colombia, Shanghai en China, Santiago en Chile o la Ciudad de México en México, siguen presentándose episodios de alta contaminación en la atmósfera, haciendo indispensable tomar medidas cada vez más restrictivas, y aunque necesarias, resultan
también muy cuestionables.
Las condiciones atmosféricas presentadas en los últimos días hicieron necesario restringir nuestras actividades, generando enojo, confusión y duda, siendo los afectados los dueños de automóviles, pero también los de fuentes fijas ubicados no sólo en la Ciudad de México, sino también en otros Estados.
En este sentido, la presente nota tiene por objetivo analizar las disposiciones jurídicas en materia atmosférica en nuestro país y en la Ciudad de México, así como las recientes restricciones ante las contingencias ambientales publicadas por el Gobierno de la Ciudad de México y en el Estado de México, lo anterior con el objetivo de conocer no sólo los alcances de las mismas, sino también de señalar sus deficiencias, así como nuestras perspectivas legales en el tema.
Para lograr lo anterior, la presente nota se dividirá en dos secciones, por un lado el tema de fuentes fijas y por otra el de fuentes móviles.
descarga el articulo completo