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Emisiones a la atmósfera en México: Un fracaso institucional que demanda soluciones estructurales.

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    GCDS
  • 13 oct
  • 13 Min. de lectura
Emisiones a la atmósfera en México: Un fracaso institucional que demanda soluciones estructurales.

Las emisiones atmosféricas representan uno de los desafíos ambientales más complejos del México contemporáneo, no por la falta de conocimiento técnico o normativo, sino por el colapso sistemático de las instituciones encargadas de su regulación y control. Tras más de tres décadas de marcos normativos desactualizados, coordinación institucional deficiente y fiscalización insuficiente, México enfrenta una crisis de gobernanza ambiental que pone en riesgo tanto la salud pública como la viabilidad de sectores productivos clave. Este panorama demanda una restructuración profunda del aparato institucional, comenzando por la clarificación de competencias entre autoridades, la actualización urgente del marco normativo y la implementación de mecanismos efectivos de cumplimiento. Solo así podrá el país transitar hacia un modelo de desarrollo que compatibilice crecimiento económico con protección atmosférica.

 

Marco Conceptual: Más Allá de la Simple Regulación

Las emisiones atmosféricas constituyen toda liberación de sustancias contaminantes hacia la atmósfera, ya sean gaseosas, líquidas o sólidas, provenientes de fuentes fijas o móviles. Sin embargo, en el contexto mexicano, este concepto adquiere dimensiones que trascienden lo meramente técnico para convertirse en un indicador de la eficacia institucional del Estado. La industria del petróleo y gas concentra el 50% de las emisiones industriales totales del país, seguida por la industria cementera con 15% y la siderúrgica con 10%. Esta concentración sectorial no solo evidencia los retos técnicos del control de emisiones, sino también los desafíos políticos y económicos que enfrentan las autoridades ambientales.

 

La problemática trasciende los aspectos meramente regulatorios para adentrarse en cuestiones de coordinación interinstitucional, recursos presupuestales y voluntad política. México cuenta con el Sistema Nacional de Información sobre Calidad del Aire (SINAICA), pero ninguna de sus estaciones reporta emisiones superiores a los máximos establecidos en las normas, situación que la propia SEMARNAT reconoce como insuficiente para evaluar las concentraciones reales de contaminantes. Esta paradoja ilustra perfectamente la brecha existente entre el aparato normativo formal y su implementación efectiva.

 

El Laberinto Institucional: SEMARNAT, PROFEPA y ASEA


La Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales: Autoridad Sin Dientes

SEMARNAT, como cabeza del sector ambiental, concentra amplias facultades normativas pero enfrenta limitaciones estructurales en su capacidad ejecutiva. Sus atribuciones incluyen la expedición de NOMs, la integración del inventario de fuentes  emisoras federales y la formulación de programas de reducción de emisiones. Sin embargo, la Auditoría Superior de la Federación ha documentado que la dependencia "no ha gobernado el problema público" y que sus acciones no han logrado revertir las tendencias de deterioro de la calidad del aire.


Antigüedad de las principales NOMs

 Esta situación se agrava por la separación institucional entre las funciones normativas y de fiscalización. Mientras SEMARNAT diseña políticas y normas, su implementación recae en organismos descentralizados con recursos limitados y coordinación deficiente. La falta de sistemas robustos de monitoreo y evaluación complica la elaboración de diagnósticos precisos sobre la efectividad de las políticas ambientales, generando un círculo vicioso de ineficacia regulatoria.

 

PROFEPA: La Fiscalización Insuficiente

 

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente representa el brazo operativo del sistema, pero sus limitaciones son evidentes. En 2021, de todas las inspecciones realizadas por PROFEPA, solo el 3% resultaron en clausuras por incumplimientos totales no corregidos. Esta cifra, lejos de reflejar un alto cumplimiento normativo, evidencia la insuficiencia de recursos humanos y técnicos para una fiscalización efectiva en todo el territorio nacional.


PROFEPA enfrenta retos estructurales como el combate a la corrupción y la falta de personal suficiente para inspección. Sus 7,261 denuncias ambientales anuales incluyen un 9% relacionadas con contaminación atmosférica, cifra que contrasta dramáticamente con la magnitud del problema identificado en estudios técnicos. Esta desproporción sugiere tanto una subestimación del problema como limitaciones en los mecanismos de denuncia y seguimiento ciudadano.

 

ASEA: Coordinación Sectorial en Construcción

 

La Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente ha mostrado avances recientes en la coordinación interinstitucional, particularmente en el sector hidrocarburos. El convenio firmado con Pemex para el monitoreo de emisiones en estaciones de servicio representa un modelo de colaboración que podría replicarse en otros sectores. Sin embargo, el 80% de las entidades regulables del sector energético incumplen con temas de impacto ambiental, situación que evidencia tanto la magnitud del desafío como la necesidad de fortalecer los mecanismos de cumplimiento.

 

La publicación del acuerdo para control de emisiones contaminantes en gasolineras marca un precedente importante, pero su efectividad dependerá de la capacidad de implementación y seguimiento. ASEA puede realizar inspecciones y aplicar sanciones, pero la efectividad del sistema requiere una coordinación más estrecha con SEMARNAT y las autoridades locales.

 

Las NOMs: Un Marco Normativo Anacrónico

 

Desactualización Sistemática: Treinta Años de Inercia

La NOM-043-SEMARNAT-1993, que establece niveles máximos de emisión de partículas sólidas, cumplió 30 años sin actualizaciones en octubre de 2023. Esta norma, junto con la NOM-039-SEMARNAT-1993 (SO2 y SO3) y otras regulaciones fundamentales, representa el núcleo de un sistema normativo congelado en el tiempo. Desde 1993, México ha mantenido los mismos valores permitidos de emisión de partículas de fuentes fijas a nivel nacional, situación que contrasta dramáticamente con los avances científicos y tecnológicos de las últimas tres décadas.

 

La NOM-085-SEMARNAT-2011, que regula equipos de combustión, representa una de las pocas actualizaciones recientes pero aún muestra rezagos de 14 años. Esta desactualización no es meramente técnica, en realidad, refleja la ausencia de sistemas institucionales capaces de generar actualizaciones normativas oportunas y basadas en evidencia científica contemporánea.

 

Flexibilidades Contraproducentes: El Caso de la NOM-163

La experiencia de la NOM-163, que regula emisiones de CO2 vehicular, ilustra cómo las flexibilidades normativas pueden neutralizar los objetivos de política pública. Análisis del Consejo Internacional de Transporte Limpio revelan que la norma actual permite más emisiones que si no existiera regulación alguna. Los mecanismos de compensación, créditos bancables y flexibilidades de cumplimiento han creado un sistema donde las empresas pueden posponer indefinidamente la adopción de tecnologías más limpias.

 

El retraso en la implementación de la fase 2 de la NOM-163 ha generado pérdidas de efectividad que, según cálculos de SEMARNAT, equivalen a evitar el consumo de 1,277  millones de barriles de gasolina y 477 MtCO2e de emisiones. Esta cifra dimensiona tanto las oportunidades perdidas como el costo de la inacción institucional.

 

Problemas de Diseño y Cumplimiento

Las deficiencias normativas trascienden la simple desactualización para adentrarse en problemas de diseño estructural. Las normas carecen de mecanismos efectivos de seguimiento, verificación y sanción que garanticen su cumplimiento. Los costos de implementación, que pueden variar desde miles hasta millones de pesos dependiendo del sector, no se acompañan de incentivos diferenciados o esquemas de financiamiento que faciliten la transición tecnológica.

 

La heterogénea distribución espacial de estaciones de monitoreo presenta mayor concentración al norte del país, sin abarcar homogéneamente todas las áreas metropolitanas. Esta limitación técnica impide una evaluación precisa del cumplimiento normativo y genera espacios de impunidad de facto en regiones con menor cobertura de monitoreo.

 

Problemas de Cumplimiento y Fiscalización

 

La Realidad Industrial: Entre la Resistencia y la Incapacidad

Casos documentados por PROFEPA incluyen clausuras a 12 empresas en Guanajuato por almacenamiento inadecuado de residuos peligrosos, incluyendo industrias dedicadas a emisiones asfálticas, laminadoras y fabricación de pinturas. Sin embargo, estos casos representan apenas la punta del iceberg de un problema estructural de incumplimiento generalizado.


Las multas por incumplimiento ambiental pueden alcanzar desde miles hasta millones de pesos, además de clausuras temporales o definitivas. En la Ciudad de México, las sanciones específicas incluyen hasta 9 años de prisión y multas de hasta $848,550 pesos por contaminación mediante descarga de residuos. Sin embargo, la aplicación efectiva de estas sanciones enfrenta limitaciones procesales y de capacidad institucional.

 

Costos de Cumplimiento: Un Círculo Vicioso

Los costos de tramitación de NOMs varían desde $3,653 pesos por solicitud básica hasta varios millones por evaluaciones complejas. Estas cifras, aparentemente moderadas, se multiplican exponencialmente cuando se consideran los costos de implementación tecnológica, monitoreo continuo y certificaciones especializadas. Para empresas pequeñas y medianas, estos costos representan barreras de entrada significativas que incentivan estrategias de evasión o cumplimiento parcial.

 

La falta de esquemas de financiamiento diferenciado y la ausencia de incentivos fiscales para tecnologías limpias agudizan esta problemática. Las empresas enfrentan una  elección perversa entre cumplimiento costoso con fiscalización débil o incumplimiento con sanciones ocasionales y limitadas.

 

Desafíos Técnicos y Tecnológicos

 

Sistemas de Monitoreo: Información Fragmentada

El Sistema de Monitoreo Atmosférico de la Zona Metropolitana del Valle de México (SIMAT) cuenta con 49 estaciones y 175 aparatos automáticos, pero presenta distribución heterogénea y limitaciones en la cobertura de ciertos compuestos contaminantes. Esta situación se replica a nivel nacional, donde la ausencia de sistemas integrados de información impide evaluaciones precisas sobre tendencias de calidad del aire y efectividad de medidas de control.

 

Los inventarios de emisiones presentan incompatibilidades entre sí y limitaciones metodológicas que aumentan significativamente la incertidumbre de las estimaciones. La mayoría de los inventarios se basan en valores promedio anuales que pueden estar muy lejos de los valores reales horarios o diarios necesarios para el monitoreo efectivo de calidad del aire.

 

Tecnologías de Control: Disponibles pero Subutilizadas

Las tecnologías de control de emisiones incluyen desde métodos convencionales como adsorción con carbón activo hasta técnicas avanzadas como oxidación térmica regenerativa, reducción catalítica selectiva y sistemas de captura de carbono. Sin embargo, la difusión de estas tecnologías enfrenta obstáculos financieros, técnicos y regulatorios que limitan su adopción generalizada.

 

En la Ciudad de México, la industria de jurisdicción local utiliza principalmente colectores de polvos para control de partículas, concentrados en el sector alimentario. Esta limitación sectorial y tecnológica evidencia tanto las oportunidades de mejora como la necesidad de políticas más efectivas de transferencia tecnológica.

 

Problemática estructural de la calidad del aire en el Valle de México: diagnóstico de causas raíz

 

1. Antecedentes y contexto

La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) concentra cerca de 22 millones de habitantes y más de 5.5 millones de vehículos automotores en una cuenca cerrada rodeada por sierras (Ajusco, Chichinautzin, Guadalupe y Pachuca), donde la ventilación natural es limitada.

 

Pese a más de tres décadas de políticas públicas (PROAIRE, “Hoy No Circula”, reconversión vehicular, verificación obligatoria), los episodios de contaminación fotoquímica (ozono) y de partículas finas (PM₂.₅ y PM₁₀) persisten con niveles superiores a los límites de la OMS (INECC, Informe Anual de Calidad del Aire, 2024).

 

2. Condicionantes naturales

El valle presenta factores geográficos y meteorológicos adversos:

a. Topografía cerrada que restringe la dispersión atmosférica.

b. Altitud elevada (≈2,200 m s. n. m.) que incrementa la radiación solar y favorece la formación de ozono troposférico.

c. Inversión térmica frecuente entre noviembre y abril.

 

Estos elementos son no controlables, pero deberían guiar la planeación territorial y energética con un enfoque de mitigación estructural.

 

3. Factores estructurales controlables

a. Expansión urbana y movilidad forzada

El modelo de crecimiento periférico ha generado distancias promedio superiores a 20 km por viaje diario, obligando a millones de personas al uso del automóvil o transporte informal. La fragmentación institucional (16 alcaldías, 60 municipios y el gobierno federal) impide una gestión ambiental metropolitana integrada (CAMe, 2023).

 

b. Dependencia del transporte fósil

El 70 % de las emisiones criterio proviene del transporte terrestre (INECC, 2024). El parque vehicular envejecido —más del 50 % con más de 10 años— y los motores diésel sin control de partículas generan los picos de PM₂.₅. La electromovilidad avanza sin incentivos fiscales ni coordinación interestatal.

 

c. Emisiones industriales y de servicios

Persisten fuentes fijas dentro del área urbana (Vallejo, Tlalnepantla, Iztapalapa) y fuentes difusas (ladrilleras, panaderías, quema de residuos), que aportan más del 20 % de los compuestos orgánicos volátiles. Los municipios carecen de capacidad inspectora y de instrumentos de sanción efectiva.

 

d. Verificación vehicular y captura regulatoria

El sistema de verificentros ha derivado en captura institucional: el cumplimiento se vuelve trámite administrativo más que control ambiental. El transporte federal y estatal de carga, principal emisor de NOₓ, no está sujeto a verificación local.

 

e. Gobernanza metropolitana débil

La coexistencia de tres jurisdicciones (CDMX, Estado de México, Hidalgo) sin autoridad ambiental única genera políticas inconexas y duplicidad normativa. Las decisiones sobre transporte, vivienda y uso del suelo se toman sin coordinación, perpetuando el ciclo de contaminación.

 

4. Problemas invisibles agravantes

a. Subregistro real de contaminantes en la red de monitoreo: los promedios horarios suavizan los picos críticos (CAMe, boletines 2024).

b. Episodios de quema regional (Milpa Alta, Chalco, Tizayuca) que elevan partículas finas sin control interestatal.

c. Inercia cultural y política: la contaminación es asumida como fenómeno temporal y no como fallo estructural del modelo urbano-energético.

 

5. Identificación del problema raíz

El deterioro atmosférico en el Valle de México no deriva de una carencia técnica ni presupuestal, sino de un modelo metropolitano que produce y protege la contaminación:

 

Dependencia estructural de combustibles fósiles, expansión urbana desarticulada, fragmentación institucional y captura de la regulación ambiental.

 

6. Consideraciones y propuestas preliminares

a. Crear una Autoridad Ambiental Metropolitana con poder vinculante, mediante reforma a la LGEEPA.

b. Reorientar subsidios energéticos hacia la electromovilidad colectiva y transporte limpio.

c. Integrar planeación de vivienda y transporte en un mismo instrumento de ordenamiento territorial.

d. Transparentar y auditar la red de verificentros y padrones de transporte público y de carga.

e. Adoptar índices de calidad del aire ajustados a criterios de salud pública de la OMS (2021).

 

7. Fuentes de referencia

INECC (2024). Informe Anual de la Calidad del Aire en México.

Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe), Boletines 2023–2024.

PROAIRE 2021-2030, Gobierno de la Ciudad de México.

Organización Mundial de la Salud (2021). Global Air Quality Guidelines.

UN

 Urban Air Quality and Resilience in Latin American Megacities.

 

Principales problemas institucionales en el control de emisiones atmosféricas en México y sus consecuencias


Propuestas de Solución Institucional

 

1. Restructuración del Marco Institucional

La primera prioridad debe ser la separación clara entre funciones normativas, de fiscalización y de promoción tecnológica. SEMARNAT debe concentrarse en el diseño de políticas y normas basadas en evidencia científica, mientras que PROFEPA requiere fortalecimiento presupuestal y técnico para ejercer fiscalización efectiva. Esta separación funcional, recomendada por la OCDE, permitiría mayor especialización y eficacia en cada ámbito de competencia.

 

La creación de una Agencia Nacional de Calidad del Aire, con autonomía técnica y presupuestal, podría integrar las funciones de monitoreo, inventarios de emisiones y evaluación de políticas. Esta agencia operaría bajo un modelo similar al del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), garantizando independencia técnica y continuidad institucional.

 

2. Modernización del Marco Normativo

La actualización inmediata de las NOMs desactualizadas debe ser prioritaria, comenzando con la NOM-043 y NOM-039 que acumulan tres décadas sin revisión. Este proceso debe incorporar consultas técnicas con organismos internacionales, academia y sector privado, garantizando estándares alineados con mejores prácticas globales.

 

La implementación de un sistema de revisión quinquenal obligatoria para todas las NOMs ambientales, similar al modelo estadounidense, garantizaría actualización constante del marco normativo. Este sistema debe incluir análisis costo-beneficio, evaluaciones de impacto tecnológico y mecanismos de transición gradual para sectores sensibles.

 

3. Fortalecimiento de Capacidades de Fiscalización

PROFEPA requiere un incremento sustancial en recursos humanos y técnicos, comenzando con la duplicación de su personal técnico especializado en emisiones atmosféricas. La creación de unidades regionales especializadas en sectores de alta emisión (petroquímica, cemento, siderurgia) permitiría fiscalización más efectiva y especializada.

 

La implementación de sistemas de monitoreo en tiempo real para grandes emisores, con transmisión automática de datos a autoridades, reduciría costos de fiscalización y mejoraría cumplimiento. Estos sistemas, financiados inicialmente con recursos públicos pero operados por la industria, han mostrado efectividad en países como Estados Unidos y Alemania.

 

4. Incentivos Económicos y Financiamiento

La creación de un Fondo Nacional de Reconversión Tecnológica Ambiental, financiado con recursos fiscales y multas ambientales, podría facilitar la adopción de tecnologías limpias por parte de pequeñas y medianas empresas. Este fondo operaría mediante créditos blandos, garantías parciales y subsidios directos para tecnologías de control de emisiones certificadas.

 

La implementación de esquemas de comercio de emisiones para grandes sectores industriales, comenzando con cementeras y siderúrgicas, generaría incentivos de mercado para la reducción de emisiones. Estos esquemas deben diseñarse cuidadosamente para evitar la fuga de carbono y garantizar beneficios ambientales reales.

 

5. Coordinación Interinstitucional Efectiva

La creación de la Comisión Intersecretarial de Calidad del Aire, con participación de SEMARNAT, Secretaría de Salud, Secretaría de Economía y Secretaría de Energía, permitiría coordinación efectiva de políticas sectoriales. Esta comisión debe tener facultades ejecutivas y presupuesto propio para implementar medidas transversales.

 

El fortalecimiento de los Programas de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire) debe incluir mayor participación del sector privado y mecanismos de financiamiento innovadores. Actualmente operan 11 ProAire que cubren 46.5% de la población urbana, pero requieren expansión y actualización tecnológica.

 

Hacia un Modelo de Gobernanza Ambiental Efectiva

 

a. México tiene la oportunidad de transformar su crisis de gobernanza ambiental en un modelo de desarrollo sustentable que compatibilice crecimiento económico con protección atmosférica. Esto requiere voluntad política para implementar reformas estructurales, recursos financieros para fortalecer instituciones y coordinación efectiva entre todos los niveles de gobierno.

 

b. La experiencia internacional muestra que los países más exitosos en control de emisiones atmosféricas comparten características institucionales específicas: separación clara de funciones, marcos normativos actualizados, fiscalización efectiva e incentivos económicos bien diseñados. México cuenta con los recursos técnicos y humanos necesarios para implementar este modelo, pero requiere liderazgo político y continuidad institucional a largo plazo.

 

c. El costo de la inacción, medido en términos de salud pública, productividad económica y sustentabilidad ambiental, supera con creces las inversiones requeridas para la transformación institucional. La decisión no es si México puede permitirse implementar estas reformas, sino si puede permitirse no hacerlo.

 

d. La agenda ambiental del país demanda una transformación profunda que vaya más allá de ajustes marginales o medidas cosméticas. Solo mediante un rediseño estructural del aparato institucional, sustentado en evidencia científica y mejores prácticas internacionales, México podrá enfrentar efectivamente los desafíos de las emisiones atmosféricas y construir un futuro ambientalmente sustentable para las próximas generaciones.

 

Hacia una Agenda de Acción Responsable

Intentemos ser prácticos y objetivos, aterricemos el análisis con una invitación a transformar el problema en oportunidad real. El abordaje de las emisiones atmosféricas exige mucho más que voluntad normativa, esto es, demanda responsabilidad compartida entre autoridades, industria y ciudadanía para fortalecer el sistema institucional, modernizar los mecanismos de cumplimiento y vigilar la ejecución eficaz de las políticas públicas.

 

El camino debe incluir acciones claras:

a. Actualizar urgentemente las NOMs ambientales con participación multisectorial, asegurando estándares alineados con los avances científicos y tecnológicos actuales.

b. Asignar recursos suficientes a PROFEPA y fortalecer la coordinación con ASEA y SEMARNAT para fiscalizar de manera efectiva y transparente.

c. Imponer incentivos económicos y esquemas de financiamiento que permitan a empresas adoptar tecnologías limpias sin penalizaciones desproporcionadas.

d. Expandir y tecnificar los sistemas de monitoreo atmosférico, garantizando que la información generada sea pública, suficiente y útil para la toma de decisiones.

e. Fomentar una cultura ciudadana de denuncia y corresponsabilidad, construyendo entornos de participación social en todos los ámbitos.

 

Solo con la suma de esfuerzos y una visión institucional renovada, México podrá transitar hacia un aire limpio y una gestión ambiental responsable y a la altura de los retos del siglo XXI. La oportunidad está abierta y el costo de la inacción es demasiado alto para ignorarlo.

 


Relación de Fuentes y Links

Panorama de Industrias Emisoras

Instituciones y Fiscalización

Normatividad y NOMs

Costos y Cumplimiento Empresarial

Monitoreo, Tecnología y Soluciones

OCDE y recomendaciones internacionales

 

El presente es la opinión personal del autor, no representa respuesta o solución a tema alguno, tan solo es la expresión del procesamiento de la información que se encuentra disponible; cualquier duda, con gusto estamos a la orden.




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