LA LUCHA ENTRE EL GAS Y LA ENERGÍA LIMPIA.
- GCDS
- 19 may
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INTRODUCCIÓN Y CONTEXTO
Con el fin de poder ver y analizar de manera general la problemática energética y ambiental en México, con énfasis en el impacto sobre el sector industrial y de servicios, podríamos iniciar con la puesta en escena del escenario de la crisis energética y ambiental que al día de hoy, enfrenta México lo que pone en riesgo la competitividad industrial y el desarrollo económico, especialmente ante la prometida y ahora frustrada llegada de inversiones por nearshoring, pero sobre todo, ante la necesidad de incrementar las capacidades de producción.
Con la realidad en las manos, no se puede negar que la escasez y el encarecimiento de energía, afecta tanto a la industria como al sector servicios, generando incertidumbre y desincentivando nuevas inversiones; pero si nos preguntamos qué es lo que genera la situación prevaleciente, se podrían barajar los temas de una gestión gubernamental o también llamada una burocracia deficiente como un factor que sin duda, agrava la problemática; tenemos, por el otro lado de la moneda que el modelo energético depende casi exclusivamente del financiamiento y gestión gubernamental, que, a todas luces ha resultado insuficiente para modernizar la infraestructura y satisfacer la demanda creciente del país en general y, de los sectores involucrados, en particular.
Creo, sin temor a que esté en un error, que la excesiva carga burocrática asfixia de manera inmisericorde a las empresas mexicanas, en promedio, dedican más de 500 horas al año en trámites administrativos, lo que limita y afecta la productividad, fomenta la corrupción y desincentiva la formalización y el crecimiento empresarial; no hay duda que los trámites para permisos energéticos, ambientales y de operación industrial, por lo general son, de lentos a muy lentos, poco claros y muchos, sujetos a criterios discrecionales.
LA ENERGÍA Y LA VULNERABILIDAD DEL PAÍS
México es importador neto de energía desde 2016, lo que lo hace sensible a choques externos y a la volatilidad de precios de combustibles fósiles.
Si vemos los problemas energéticos en el sector industrial, este consume el 33.4% de la energía nacional, principalmente electricidad y gas natural enfrentando altos costos eléctricos; en muchos casos, las tarifas pueden representar hasta el 30% de los costos operativos de una empresa y si a eso se le adiciona la falta de infraestructura adecuada, sobrecargas, fluctuaciones de voltaje y acceso limitado a redes de alta capacidad, sin duda afectan la operación y la seguridad de los equipos industriales.
Por si fuera poco, no se puede dejar de ver, como ya se ha mencionado, la gran dependencia a las energías fósiles, esto es, la mayoría de la energía proviene de combustibles fósiles, lo que incrementa la huella de carbono con lo que, de manera indefectible, expone a diversos sectores industriales, a restricciones regulatorias y comerciales por carecer del uso de energía limpia.
En este orden de ideas, no hay duda del el impacto ambiental que se genera, existe una gran presión internacional derivado del uso intensivo de combustibles fósiles y generando altos niveles de emisiones de gases de efecto invernadero y carbono negro, con las consecuentes efectos negativos en la salud pública y el cumplimiento de compromisos climáticos, no pudiéndose obviar que las empresas mexicanas enfrentan grandes presiones a nivel internacional para adoptar prácticas más limpias, bajo riesgo de perder acceso a mercados o enfrentar mayores impuestos ambientales.
Si se quiere ser objetivo y realista, la falta de visión técnica, la burocracia excesiva y la dependencia de modelos energéticos obsoletos están propiciando la escasez; es de la mayor prioridad el simplificar trámites, invertir en infraestructura energética moderna, diversificar fuentes de energía (especialmente renovables) y fortalecer la producción nacional de materias primas para garantizar la competitividad y la sostenibilidad del sector productivo mexicano.
PROBLEMÁTICA ENERGÉTICA EN MÉXICO
Para poder tener un panorama general de lo que podría ser este rubro, pareciera que se debe iniciar con lo que se pueden identificar como los problemas institucionales, esto es, me refiero al marco regulatorio inestable y la politización a la que está sujeta el sector energético lo que genera incertidumbre para la inversión privada, frenan proyectos de energías limpias y dificultan la planeación de largo plazo. ¿La centralización de decisiones en CFE y PEMEX limita la competencia y la innovación, habrá alguien que diga lo contrario sin que sea parte de esas dos entidades?
Aún y cuando ya se hizo mención, la burocracia y fatídica lentitud en la generalidad de los procedimientos para emitir permisos y en general para los trámites para nuevas plantas, interconexiones o importaciones de gas, suelen ser lentos y poco transparentes, lo que retrasa inversiones y limita la capacidad de respuesta ante la demanda creciente de los energéticos, a lo que tenemos que adicionar la débil o carente coordinación interinstitucional, provocando la falta de coordinación efectiva entre la Secretaría de Energía (SENER), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), CFE y PEMEX, lo que genera duplicidad de funciones, rezagos en infraestructura y respuestas poco ágiles a emergencias o necesidades del sector.
Ahora, saliendo del edificio de los procesos burocráticos, tenemos, en el tema del abastecimiento de gas natural, una declarada y alta dependencia de importaciones; México importa actualmente cerca del 70-75% de su gas natural, principalmente desde Estados Unidos, lo que lo hace vulnerable a interrupciones externas (como ocurrió durante la tormenta invernal de Texas en 2021) y a la volatilidad de precios internacionales. A este tema tenemos que mencionar que la infraestructura no va acorde a las necesidades, esto es, se considera insuficiente generando cuellos de botella no obstante se haya estado construyendo gasoductos en la última década, sin embargo, existen regiones (especialmente el sursureste y la península de Yucatán) que siguen sin acceso suficiente al gas natural, limitando el desarrollo industrial y la generación eléctrica local.
Ante lo anterior, no se puede obviar el hecho que la producción nacional está en un franco declive, la producción de gas natural de PEMEX ha disminuido por falta de inversión, agotamiento de campos y retrasos en exploración y desarrollo de nuevos yacimientos.
¿QUE HAY DE LA GENERACIÓN DE ENERGÍA LIMPIA?
Ante la pregunta, se tiene que partir del concepto del Predominio de fuentes fósiles, esto es, más del 70% de la electricidad en México se genera a partir de combustibles fósiles como el gas natural, combustóleo, carbón y diésel.
Aunque México tiene un alto potencial solar y eólico, la participación de renovables en la matriz eléctrica se ha estancado debido a cambios regulatorios, cancelación de subastas eléctricas y limitaciones para la interconexión de proyectos privados, lo que nos lleva a un triste rezago en energías renovables por decisiones de orden político que no han beneficiado en nada y esto puede ser porque los políticos no han advertido que la infraestructura que existe, ha envejecido y se convierten vulnerable ya que muchas plantas de generación y redes de transmisión están obsoletas, lo que aumenta el riesgo de apagones reduciendo la eficiencia y confiabilidad del sistema eléctrico nacional, todo lo anterior sin haber tocado el tema de las tarifas y subsidios poco sostenibles, si se considera que el esquema de subsidios a las tarifas eléctricas presiona las finanzas públicas y no incentiva el consumo eficiente ni la inversión en tecnologías limpias.
La problemática energética en México es compleja y multifactorial:
a. Hay una fuerte dependencia de importaciones de gas natural;
b. Un rezago en la transición a energías renovables,
c. Infraestructura insuficiente y envejecida,
d. Entorno institucional marcado por la incertidumbre y la falta de coordinación efectiva.
e. Organización y esquema burocrático deficiente
Desde un punto de vista personal, lo antes mencionado sin duda, afecta la seguridad energética, la competitividad industrial y el cumplimiento de metas ambientales y compromisos internacionales.
SITUACIÓN ACTUAL EN MÉXICO SOBR EL TEMA ENERGÉTICO
Para entender la problemática energética actual de México, es fundamental partir de dónde estamos, analizar las proyecciones razonables de abastecimiento de gas y ubicar los proyectos clave de gasoductos que permitirán mejorar la eficiencia del suministro de gas natural, esencial para la generación eléctrica y el desarrollo industrial.
1. Situación actual
a. Crecimiento de la demanda eléctrica:
Entre 2022 y 2023, la demanda eléctrica creció 3.5%, mientras que la capacidad de generación solo aumentó 0.6%. Esto indica que la infraestructura está rezagada frente al ritmo de crecimiento económico e industrial. El consumo neto anual estimado para 2024 es de 358,670 GWh.
b. Dependencia del gas natural importado:
México depende en un 72% de importaciones de gas natural desde Estados Unidos. Entre enero y octubre de 2024, las importaciones crecieron 5.4% respecto al año anterior. La producción nacional ha caído 35% desde 2010, con una producción actual de solo 2,000 millones de pies cúbicos diarios y reservas de almacenamiento equivalentes a apenas 2.4 días de consumo.
c. Capacidad de generación y diversificación:
El 79% de la electricidad mexicana se genera con combustibles fósiles. Aunque hay planes y reformas para impulsar renovables, el avance es insuficiente para cubrir la demanda y reducir la dependencia fósil.
2. Proyecciones razonables de abastecimiento energético
a. Demanda creciente:
El Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN 2024-2038) estima un crecimiento anual de la demanda eléctrica de entre 2.1% y 2.9%, con un escenario base de 2.4%. Se prevé que para 2038 el consumo neto anual alcance los 495,781 GWh, un 38% más que en 2024. Las regiones con mayor crecimiento serán el norte y la península de Yucatán.
b. Capacidad adicional y proyectos en marcha:
El Plan de Fortalecimiento y Expansión del Sistema Eléctrico Nacional (2025-2030) contempla adicionar 29,000 MW de capacidad, con 76 proyectos de generación (públicos y privados) y una inversión superior a 624,000 millones de pesos. La meta es que CFE aporte confiabilidad y energía firme, mientras los privados apoyan la transición energética.
Desde luego, lo anterior conlleva varios riesgos, si no se incrementa la capacidad instalada y la infraestructura de transmisión y distribución, la demanda máxima será cada vez más difícil de satisfacer, lo que puede derivar en problemas de diversa índole como pueden ser los apagones y la creación de cuellos de botella en el desarrollo industrial.
3. Proyectos de gasoductos clave para el abastecimiento eficiente
a. Gasoducto Puerta al Sureste:
Inicia operaciones en mayo de 2025, con 715 km de longitud y capacidad de 1,300 millones de pies cúbicos diarios. Conectará Tuxpan con Coatzacoalcos y Paraíso, Tabasco, y abastecerá nuevas centrales eléctricas en Mérida (565 MW, arranque en 2025) y Valladolid (1.1 GW, arranque en 2027).
b. Gasoducto Sierra Madre:
Iniciará construcción en 2025, con 800 km de longitud y capacidad para 2.8 millones de pies cúbicos diarios. Conectará la frontera de Chihuahua con la planta de licuefacción Saguaro Energía en Sonora, posicionando a México como un futuro exportador relevante de gas natural licuado.
c. Nuevo gasoducto en Reynosa:
Operará en julio de 2025, con 58 km de longitud, mejorando la seguridad y capacidad de suministro para el norte de Tamaulipas y zonas industriales del noreste y centro del país.
d. Proyectos adicionales:
Entre 2024 y 2030, están en marcha 194 proyectos de transmisión y 135 de distribución eléctrica, enfocados principalmente en el norte y centro del país, aunque la península de Yucatán sigue rezagada en ampliaciones de red.
He de decir que cierta y diversa información ha sido obtenida de la página del IMCO la que puede ser consultada para los efectos pertinentes: https://imco.org.mx/prodesen-2024-2038-el-sistema-electrico-mexicano/
Habiendo salido de los procesos burocráticos para ver, de manera general como está el escenario en la calle, se hace necesario regresarnos al edificio de la burocracia, tan solo para echar un vistazo a la llamada “Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos” también conocida como la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente o también “ASEA” y ver cuál es su relación con la agenda ambiental, desde una óptica positiva, negativa y sus áreas de oportunidad
La ASEA, como órgano regulador del sector hidrocarburos en México, juega un papel crítico en la articulación entre las actividades energéticas y la agenda ambiental. Sin embargo, su gestión presenta luces y sombras, así como áreas clave para mejorar.
Cuales podrían ser los aspectos positivos (lo bueno)
a. Regulación de emisiones y mitigación climática:
La ASEA ha implementado normas para reducir emisiones de metano (uno de los principales gases de efecto invernadero) en el sector hidrocarburos. Por ejemplo, el Programa de Compensaciones Ambientales obliga a empresas a invertir en proyectos de conservación o restauración en áreas prioritarias; en 2023, logró avances en la homologación de estándares internacionales para operaciones bajas en carbono, alineándose con el Acuerdo de París.
b. Evaluación de impacto ambiental rigurosa:
Exige Estudios de Impacto Ambiental (MIA) para proyectos energéticos, con enfoque en proteger ecosistemas críticos como bosques y humedales. En 2023, vinculó 14 Áreas Naturales Protegidas a programas de compensación.
c. Enfoque en seguridad y prevención de desastres:
Supervisa más de 60,000 km de ductos y 12,000 gasolineras, evitando fugas y derrames que contaminan suelos y acuíferos.
d. Innovación en valoración socioambiental:
Desarrolla métodos para cuantificar el valor de los servicios ecosistémicos (ej: captura de CO₂, protección de biodiversidad) afectados por proyectos, promoviendo una compensación más justa.
Cuales podrían ser los aspectos negativos (lo malo)
a. Burocracia y rezago en trámites:
En 2023, enfrentó críticas por la lentitud en la evaluación de MIA´s y permisos, lo que retrasa proyectos generando desconfianza en inversionistas. El rezago en trámites obligó a implementar una "Estrategia de Abatimiento del Rezago".
b. Dependencia del modelo extractivista:
No obstante que regula el sector hidrocarburos, su marco legal no faculta ni legitima la transición energética. El 79% de la electricidad en México se genera con combustibles fósiles, y la ASEA carece de facultades para impulsar renovables en este sector.
c. Opacidad en compensaciones ambientales:
El Programa de Compensaciones por Pérdida de Bienestar Socioambiental aún está en fase de diseño (2024), sin mecanismos claros para garantizar que los fondos se destinen efectivamente a la restauración.
d. Conflictos con comunidades:
Sin lugar a dudas, siguen las quejas por la falta de consulta indígena en proyectos de hidrocarburos, pese a que la ASEA debe alinearse con el Acuerdo de Escazú.
Desde una óptica ambiental cuales podrían ser las áreas de oportunidad de la ASEA
a. Fortalecer la transición energética dentro del sector hidrocarburos:
Promover estándares para incorporar hidrógeno verde, captura de carbono y energías renovables en refinerías y plantas de gas.
Exigir a empresas un porcentaje de su inversión en proyectos de energía limpia.
b. Mejorar la transparencia y participación ciudadana:
Implementar plataformas digitales para monitoreo público de emisiones y compensaciones., buscando vincular las MIA’s a procesos de consulta libre, previa e informada, especialmente en zonas indígenas.
c. Tecnologías para monitoreo ambiental:
Usar drones, sensores satelitales e inteligencia artificial para detectar fugas de metano y contaminación en tiempo real, como ya hacen agencias en EUA y la UE.
d. Coordinación interinstitucional:
Trabajar con SEMARNAT, CONANP y CONAFOR para alinear proyectos de compensación con corredores biológicos y planes de conservación nacionales.
e. Regular el abandono de pozos y desmantelamiento:
Menos del 30% de los 9,300 pozos terrestres activos tienen planes de cierre aprobados. Es crucial exigir fianzas ambientales a empresas para evitar pasivos ecológicos.
Con lo antes expuesto, se puede considerar que la ASEA ha avanzado en regulación de emisiones y seguridad operativa, pero su enfoque aún es reactivo y limitado por el modelo extractivo. Para alinearse plenamente con la agenda ambiental, tal vez se pudiera pensar en que pueda tener mayor autonomía para impulsar energías limpias en el sector hidrocarburos, agilizar trámites sin relajar estándares, vincular compensaciones a metas claras de restauración y justicia climática y adoptar tecnologías disruptivas que mejoren la transparencia y eficacia.
OPCIONES, RIESGOS Y ALTERNATIVAS DE SUMINISTRO ENERGETICO PARA EL SECTOR PRIVADO EN MEXICO.
Ante la creciente demanda energética, la vulnerabilidad de la red eléctrica y los cambios regulatorios, el sector privado e industrial en México debe evaluar estrategias para garantizar un suministro estable, reducir costos y mitigar riesgos de paros inesperados. A continuación, se presentan algunas ideas, los riesgos y alternativas clave:
1. Opciones de suministro energético para la industria
a. Generación distribuida y autosuficiencia
Energía solar y eólica:
Con la Reforma Eléctrica 2025, proyectos de hasta 0.7 MW están exentos de permisos, permitiendo a empresas instalar paneles solares o aerogeneradores para autoconsumo.
Microrredes y almacenamiento:
Sistemas híbridos (solar + baterías) permiten operar independientemente de la red durante apagones.
b. Contratos en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM)
La reforma 2025 mantiene el MEM, pero con restricciones:
CFE debe tener al menos 54% de participación en proyectos mixtos, limitando la autonomía privada .
Opción viable para industrias medianas/grandes que buscan precios estables a largo plazo.
c. Hidrógeno verde y eficiencia energética
Soluciones como electrolizadores para generar hidrógeno con excedentes renovables, útil para procesos industriales intensivos Tecnologías como variadores de frecuencia reducen hasta 50% el consumo en motores, según Schneider Electric .
2. Riesgos críticos para el suministro
a. Vulnerabilidad de la red nacional
Apagones por sobrecarga: En mayo 2024, la demanda alcanzó 50,000 MW, superando la capacidad operativa (reserva <3%). Proyecciones indican que para 2030 la demanda crecerá 38%.
b. Incertidumbre regulatoria
La Ley del Sector Eléctrico (2025) prioriza a CFE, limita la participación privada en generación y exige trámites complejos para proyectos >0.7 MW .
Falta de claridad en compensaciones: El programa de pérdida de bienestar socioambiental de la ASEA aún no define mecanismos transparentes
c. Costos operativos crecientes
Tarifas eléctricas industriales subieron 12% en 2024 por alza en precios de gas y subsidios insostenibles .
Multas por incumplimiento de normas ambientales (ej: emisiones de metano) podrían representar hasta $1.6 millones de pesos.
3. Alternativas para evitar paros inesperados
a. Diversificación de fuentes energéticas
Energías renovables + almacenamiento:
Combinar solar/eólica con baterías de ion-litio o hidrógeno garantiza suministro continuo.
Caso de éxito: Cervecería Cuauhtémoc Moctezuma reduce 30% su huella de carbono con solar + biogás .
Cogeneración eficiente:
Usar calor residual de procesos industriales para generar electricidad adicional (ahorros de 20-40%).
b. Adopción de tecnologías inteligentes
Smart grids y monitoreo en tiempo real:
Sistemas IoT y sensores para detectar fallas y optimizar consumo
Microgrids resilientes:
Redes independientes conectadas a la red nacional pero capaces de operar en "isla" durante apagones .
c. Alianzas estratégicas y modelos híbridos
Contratos de compraventa (PPA) con privados:
Adquirir energía de parques solares/eólicos privados mediante acuerdos a 10-15 años, fijando costos.
Coinversión con CFE:
Participar en proyectos mixtos donde CFE aporta infraestructura y el privado tecnología/gestión (ej: gasoductos) .
4. Ideas/Recomendaciones finales
a. Invertir en generación distribuida: Proyectos solares/eólicos <0.7 MW evitan trámites y reducen dependencia de CFE.
b. Exigir claridad regulatoria: Participar en mesas de diálogo con SENER y ASEA para simplificar permisos y asegurar compensaciones justas.
c. Priorizar eficiencia energética: Implementar variadores de frecuencia, iluminación LED y sistemas de recuperación de calor .
d. Prepararse para escenarios extremos: Desarrollar planes de contingencia con microrredes y almacenamiento ante apagones prolongados.
Lo antes mencionado es tan solo una simple fracción del inmenso mundo de todo lo que representa el mundo de la energía, su trascendencia y relevancia como variable en los temas ambientales que al final del camino, representa competitividad, eficiencia productiva y beneficio para todos. El sector privado/industrial en México tiene opciones viables para asegurar su suministro energético, pero debe navegar un entorno de riesgos regulatorios, infraestructura obsoleta y alta dependencia fósil. La clave está en diversificar fuentes, adoptar tecnologías limpias y exigir un marco legal que favorezca la inversión sostenible.
Desde luego, el presente es una opinión de quien lo suscribe, no representa solución a pregunta, problema o consulta alguna; la información y los datos se han obtenido de fuentes diversas tanto oficiales como de entidades particulares y documentación diversa; pero, en cualquier caso, con gusto, nos encontramos a la orden para cualquier consideración que sobre el particular se tuviera.
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