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EL DESARROLLO URBANO EN MÉXICO. (Parte 2.1) HERRAMIENTAS METODOLÓGICAS PARA LA PLANEACIÓN Y LA RESILIENCIA URBANAS: Marcos de Referencia y Diagnóstico Integral en México.

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    GCDS
  • 31 jul
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EL DESARROLLO URBANO EN MÉXICO. (Parte 2.1)  HERRAMIENTAS METODOLÓGICAS PARA LA PLANEACIÓN Y LA RESILIENCIA URBANAS: Marcos de Referencia y Diagnóstico Integral en México.

Introducción y contexto.

 

Esta segunda entrega de la serie "Desarrollo Urbano en México: Hacia la Sostenibilidad Integral" profundiza en las herramientas metodológicas fundamentales que permiten hacer operativos los grandes principios jurídicos e institucionales tratados en el artículo previo. Nos enfocamos en las herramientas técnicas que autoridades, consultores y académicos utilizan para impulsar la transformación urbana sustentable

 

Esta segunda entrega se dividirá en dos (2) artículos, en el primero se buscará examinar los marcos metodológicos de diagnóstico y evaluación que constituyen la base técnica para la transformación urbana sustentable, mientras que la segunda parte, se abordarán las herramientas específicas de implementación y monitoreo.

 

En este orden de ideas, buscaremos examinar las herramientas metodológicas fundamentales que operacionalizan el marco jurídico-institucional analizado en nuestro primer artículo. Mientras que la entrega anterior estableció las bases normativas de la LGAHOTDU, la ENOT 2020-2040 y la arquitectura institucional mexicana, este análisis se enfoca en los instrumentos técnicos específicos que permiten a autoridades locales, consultores y académicos implementar estrategias de planeación urbana integral.

 

1. Evolución hacia la Planificación Urbana Integrada

La planeación urbana en México ha transitado de visiones sectoriales a enfoques integrados que reconocen la relación intrínseca entre lo urbano y lo ambiental. La LGAHOTDU y la ENOT 2020-2040 proveen la base normativa para métodos que conectan sistemas urbanos con sistemas ambientales de manera interdependiente.

 

2. Principios y Enfoques para la Planificación Integrada

Las metodologías actuales consideran varios horizontes temporales (5, 15, 30 años) e integran proyecciones demográficas y climáticas en cumplimiento con la Ley General de Cambio Climático. El principal propósito es optimizar el uso del suelo, proteger servicios ecosistémicos y reducir vulnerabilidades, alineados con los principios de la LGAHOTDU.

Es clave partir de diagnósticos integrales que combinan participación ciudadana (conocimiento local) con rigor técnico.

 

3. Herramientas de Monitoreo y Evaluación

Es indispensable el uso de sistemas de indicadores y seguimiento (evaluación ambiental estratégica, sistemas de información territorial) para medir la efectividad de la implementación. Los observatorios urbanos y la participación ciudadana en la evaluación refuerzan la transparencia y la mejora continua.

 

4. Fortalezas, Desafíos y Recomendaciones

Los principales retos en la implementación y monitoreo incluyen fortalecer capacidades locales, articular financiamiento y asegurar la continuidad de políticas más allá de plazos políticos. Hace falta capacidades técnicas, coordinación entre sectores y voluntad política.

 

El desarrollo urbano sustentable requiere metodologías robustas que integren sistemáticamente las cinco variables ambientales fundamentales: a. Cambio climático; b. Calidad del Aire; c. Gestión Hídrica; d. Infraestructura Verde-Resiliencia y; e. Economía circular. 

 

Este análisis se sustenta en la experiencia institucional mexicana desarrollada por SEDATU, SEMARNAT y ONU-Habitat, así como en marcos internacionales actualizados como el City Resilience Framework 2024, proporcionando un panorama técnico actualizado para la planeación urbano-ambiental integral en México.

 

1. Evolución hacia la Planificación Urbana Integrada: Del Sectorialismo a la Visión Holística

 

1.1 El Paradigma de la Integración Metodológica

La planificación urbana en México ha experimentado una transformación metodológica fundamental, evolucionando desde enfoques sectoriales hacia metodologías integradas que reconocen las interconexiones complejas entre sistemas urbanos y ambientales. Como establecimos en el artículo anterior, la LGAHOTDU establece en su artículo 4° los principios rectores que deben conducir la actuación gubernamental, incluyendo el derecho a la ciudad, la cohesión social, y la productividad y eficiencia. Ahora examinamos cómo estos principios normativos se traducen en herramientas operativas concretas.

 

El proyecto "Protección del Clima en la Política Urbana de México" (CiClim), ejecutado por GIZ en coordinación con SEDATU y SEMARNAT entre 2017-2020, marcó un parteaguas metodológico al establecer las bases para "construcciones más humanas, habitables, verdes y capaces de enfrentar los desafíos del cambio climático, a través de asesoría técnica y orientación estratégica para el desarrollo de las ciudades con un enfoque en impulsar su planeación integral".

Esta iniciativa de cooperación internacional demostró que la integración urbano-ambiental no es solo una aspiración normativa, sino una necesidad técnica para enfrentar los desafíos contemporáneos del desarrollo urbano mexicano. Los resultados del proyecto CiClim incluyeron la capacitación de 850 funcionarios públicos de los tres órdenes de gobierno, la elaboración de 15 instrumentos metodológicos especializados, y la implementación de proyectos piloto en ciudades como Mérida, Hermosillo y la Zona Metropolitana del Valle de México.

 

1.2 La Nueva Guía Metodológica SEDATU-SEMARNAT-GIZ

La Nueva Guía para la actualización y elaboración de los Programas Municipales de Desarrollo Urbano (SEDATU-SEMARNAT-GIZ, 2017) representa la principal referencia metodológica mexicana para la articulación de políticas ambiental y urbana en un solo instrumento. Esta guía trasciende el enfoque tradicional de zonificación urbana para incorporar sistemáticamente consideraciones ambientales en todas las fases de la planeación territorial.

 

Sus principales aportaciones metodológicas incluyen:

a. Integración de técnicas de percepción remota para análisis multitemporal de coberturas de suelo, permitiendo identificar patrones de cambio en la vegetación urbana, expansión de la mancha urbana sobre áreas de valor ambiental, y tendencias de densificación que afectan la calidad del aire y la temperatura urbana.

 

b. Incorporación de análisis temporal comparativo que permite identificar tendencias de crecimiento urbano, degradación ambiental, y cambios en la provisión de servicios ecosistémicos urbanos. Esta metodología utiliza imágenes satelitales de a.      diferentes períodos para cuantificar la pérdida de cobertura vegetal, la impermeabilización del suelo, y la fragmentación de hábitats urbanos.

 

c. Desarrollo de sistemas de indicadores cuantitativos que vinculan programas de diversas escalas territoriales, incluyendo indicadores de densidad urbana, consumo energético por habitante, generación de residuos sólidos, calidad del aire, disponibilidad de áreas verdes per cápita, y eficiencia hídrica urbana.

 

d. Metodologías de participación ciudadana que integran conocimiento local con análisis técnico especializado, reconociendo que las comunidades urbanas poseen información valiosa sobre microclimas, riesgos locales, patrones de movilidad, y estrategias de adaptación climática que complementan los análisis técnicos formales.

 

1.3 Principios de la Planificación Urbana Integrada

El enfoque de "Planificación Urbana Integrada" adoptado por el programa UrbanShift establece cuatro componentes metodológicos fundamentales que han sido adaptados al contexto institucional mexicano:

 

1. Integración sectorial que articula políticas de desarrollo urbano con estrategias ambientales, económicas y sociales, rompiendo la fragmentación tradicional entre dependencias gubernamentales que identificamos como reto pendiente en el artículo anterior. Esta integración operacionaliza el principio de productividad y eficiencia establecido en la LGAHOTDU, reconociendo que el desarrollo urbano sostenible requiere coordinación entre SEDATU, SEMARNAT, CONAGUA, SENER y otras dependencias federales.

 

2. Enfoque territorial que reconoce las escalas múltiples de intervención (barrio, ciudad, área metropolitana, región) y sus interconexiones funcionales y ecológicas, operacionalizando la visión de sistemas urbano-rurales de la ENOT 2020-2040. Este enfoque reconoce que los problemas ambientales urbanos trascienden límites administrativos municipales, requiriendo coordinación metropolitana especialmente en materia de calidad del aire, gestión hídrica, y manejo de residuos sólidos.

 

3. Participación multisectorial que incorpora a gobierno, sector privado, academia y sociedad civil en los procesos de diagnóstico, planeación y evaluación, fortaleciendo la gobernanza territorial analizada previamente. Esta 1.                  participación operacionaliza el principio de cohesión social de la LGAHOTDU, reconociendo que la equidad en el acceso a beneficios ambientales requiere la participación activa de grupos tradicionalmente excluidos de la toma de decisiones urbanas.

 

4. Perspectiva temporal que considera escenarios de desarrollo a corto (5 años), mediano (15 años) y largo plazo (30 años), integrando proyecciones climáticas y demográficas con las obligaciones establecidas en la Ley General de Cambio Climático. Esta perspectiva reconoce que las decisiones de planeación urbana actual determinarán la vulnerabilidad o resiliencia de las ciudades mexicanas ante el cambio climático durante las próximas décadas.

 

1.4 Metodología del Marco Lógico Aplicada a PMDU

La aplicación de la metodología del Marco Lógico en la elaboración de Programas Municipales de Desarrollo Urbano permite establecer vínculos causales claros entre diagnóstico territorial, estrategias de intervención y metas específicas. Esta metodología, adaptada del ámbito de cooperación internacional al desarrollo, estructura la planificación urbano-ambiental en cuatro niveles jerárquicos:

 

a. Fin último: Mejoramiento de la calidad de vida urbana mediante la sustentabilidad ambiental y la resiliencia climática, operacionalizando el derecho a la ciudad en su dimensión ambiental establecido en el artículo 4° de la LGAHOTDU. Este fin superior reconoce que el desarrollo urbano no es un objetivo en sí mismo, sino un medio para garantizar el bienestar presente y futuro de la población urbana.

 

b. Propósito: Ordenamiento territorial que optimice el uso del suelo, proteja servicios ecosistémicos y reduzca vulnerabilidades urbanas, integrando los principios rectores de la LGAHOTDU con los criterios de sustentabilidad establecidos en la LGEEPA. Este propósito específico reconoce que la planeación urbana debe equilibrar las necesidades de desarrollo económico con la protección de sistemas naturales que sustentan la habitabilidad urbana.

 

c. Componentes: Estrategias específicas para cada una de las cinco variables ambientales (mitigación climática, mejoramiento de calidad del aire, gestión hídrica integral, infraestructura verde, economía circular), articuladas con los objetivos de desarrollo económico, vivienda, movilidad, y equipamiento urbano. Estos componentes reconocen que la sustentabilidad urbana requiere intervenciones coordinadas en múltiples sectores.

 

d. Actividades: Acciones concretas con cronogramas, responsables y recursos asignados para la implementación de cada componente, articuladas con los instrumentos de gestión analizados en el artículo anterior, incluyendo convenios de coordinación, programas especiales, y mecanismos de financiamiento verde. Estas actividades especifican cómo los principios normativos se traducen en intervenciones territoriales concretas.

 

2. Guía de Resiliencia Urbana SEDATU-ONU-Habitat: Metodología Nacional de Diagnóstico

 

2.1 Estructura y Alcances de la Guía Nacional

La Guía de Resiliencia Urbana 2016, elaborada por SEDATU en coordinación con ONU-Habitat y la Secretaría de Gobernación, constituye "el primer esfuerzo de la Administración Pública Federal por contar con un marco de referencia común de la resiliencia urbana en México". Esta herramienta metodológica representa la operacionalización práctica de los principios de resiliencia y adaptación climática establecidos en el marco normativo que analizamos previamente.

 

La Guía surge del reconocimiento de que México es uno de los países más vulnerables del mundo ante el cambio climático, con 68% de su población y 71% de su PIB expuestos a riesgos climáticos. Esta vulnerabilidad se concentra especialmente en las ciudades, donde los efectos de isla de calor urbana, inundaciones por precipitaciones intensas, y escasez hídrica se intensifican por la concentración poblacional y la impermeabilización del suelo.

 

La metodología está diseñada específicamente para que las autoridades municipales obtengan el Perfil de Resiliencia Urbana (CRPP) de sus ciudades mediante un proceso sistemático que integra las cinco variables ambientales en un marco coherente de diagnóstico y planeación. La Guía se estructura en siete capítulos que incluyen marco conceptual, análisis del impacto de desastres en ciudades mexicanas, objetivos y alcances del perfil de resiliencia, dimensiones de la resiliencia urbana, metodología detallada para elaboración del CRPP, e implementación de la Red de Ciudades Resilientes (RCR).


2.2 Metodología de Cinco Fases para el CRPP

La metodología para obtener el Perfil de Resiliencia Urbana se estructura en cinco fases secuenciales que han demostrado su efectividad en ciudades mexicanas como Pachuca, Hidalgo, y Mérida, Yucatán:

 

Fase 1 Proceso de autorización: Gestión de recursos ante SEDATU para participar en el programa de prevención de riesgos, incluyendo justificación técnica que

Fase 2 Formación del Comité Técnico y capacitación: Integración de un Comité Técnico Local con actores de Protección Civil, obras públicas, medio ambiente, y desarrollo urbano, y capacitación en las metodologías de diagnóstico de resiliencia y usos de la Guía.

Fase 3 Diagnóstico integral: Aquí se aplican talleres participativos, mapeos de riesgos, análisis FODA climático, cartografía de problemas y recursos críticos (vialidades, cuerpos de agua, infraestructura crítica, zonas habitacionales vulnerables, equipamiento urbano deficitario, servicios ambientales estratégicos).

Fase 4 Elaboración del Perfil de Resiliencia: Integración de la información levantada en un perfil técnico-político con niveles de riesgo, propuestas de intervención y criterios de priorización por zonas, grupos sociales y servicios estratégicos.

Fase 5 Definición de líneas estratégicas y proyectos prioritarios: A partir del análisis conjunto de autoridades y comunidad, se seleccionan estrategias y proyectos identificados como prioritarios. Ejemplo: drenaje pluvial ecológico, sistemas de alerta temprana, parques-humedal, reubicación de viviendas en zonas de riesgo, corredores verdes de conectividad.

 

Estos pasos generan un plan de acción resiliente ampliamente documentado y validado socialmente, que puede alinearse con los Programas Municipales de Desarrollo Urbano (PMDU) y atraer financiamiento nacional o internacional.

 

2.3 Lecciones de la aplicación en ciudades mexicanas

Diversas ciudades –por ejemplo, Pachuca, Mérida y Hermosillo– han podido cuantificar por primera vez su vulnerabilidad climática, reubicar recursos, y definir políticas preventivas, no solo reactivas, mediante estas herramientas. Esto ha facilitado la transversalización ambiental en reglamentos de desarrollo urbano y presupuestos municipales.

 

Entre los obstáculos comunes se encontró la fragmentación de la información entre dependencias y la falta de continuidad política. Las experiencias exitosas muestran que la conformación formal de un Comité Técnico Multisectorial es clave para mantener esfuerzos a través de distintos periodos de gobierno y crisis.

 

3. Herramientas Metodológicas Internacionales: City Resilience Framework 2024

 

El City Resilience Framework 2024 (CRF’24) de la Rockefeller Foundation y Arup, adaptado a México por distintas consultoras y gobiernos, permite establecer autoevaluaciones comparativas con ciudades globales. Sus principales componentes para diagnóstico son:


a. Salud y bienestar (acceso a vivienda, seguridad hídrica, salud ambiental, alimentación sostenible)

b. Economía y sociedad (empleo digno, inclusión social, red de apoyo y emergencia)

c. Infraestructura y medio ambiente (transportes limpios, infraestructura verde, reducción de emisiones, energía resiliente, simbiosis urbana)

d. Liderazgo y estrategia (capacidad multinivel, protocolos de crisis, innovación en financiamiento resiliente)

 

Este marco internacional recomienda la construcción de una línea base de resiliencia mediante indicadores con seguimiento anual y participación multisectorial, fortaleciendo la transparencia y la rendición de cuentas.

 

Para el contexto mexicano, el CRF’24 sirve como herramienta complementaria, sobre todo en grandes zonas metropolitanas que buscan acceso a financiamiento climático internacional, fondos verdes o programas de cooperación bilateral (El CRF’24, siglas de City Resilience Framework 2024 (Marco de Resiliencia Urbana 2024), es una herramienta internacional actualizada creada por la consultora Arup con el apoyo de la Resilient Cities Network y la Fundación Rockefeller. Su finalidad es proporcionar una referencia común y práctica para que gobiernos, planeadores y responsables urbanos pueden diagnosticar, evaluar y fortalecer la resiliencia de las ciudades ante riesgos y desafíos complejos, como el cambio climático, eventos extremos, desigualdad, crisis sanitarias y transformaciones tecnológicas)

 

4. Liderazgo, Gobernanza y Financiamiento Innovador

 

Una de las grandes transformaciones metodológicas de la planeación urbana en México es el paso de una estructura vertical a modelos de gobernanza participativa. Esto implica:


1. Programas y observatorios de seguimiento ciudadano.

2. Participación de academia y sector privado en la verificación de cumplimiento de indicadores ambientales.

3. Generación de esquemas de financiamiento mixto: bonos verdes, asociaciones público-privadas, fondos de infraestructura verde metropolitana.

4. Transparencia en la incorporación de resultados en los presupuestos de egresos e inversión municipal.

 

El éxito de estos mecanismos depende fuertemente de la continuidad administrativa y la existencia de herramientas de capacitación y actualización permanente para equipos técnicos municipales y estatales. La AMIA y SEDATU cuentan ya con diplomados y cursos registrados en el RNCP especializados en infraestructura verde, planeación resiliente y ordenamiento ecológico urbano.

 

5. Resiliencia como Objetivo Urbano Integral

 

La resiliencia urbana es ahora un objetivo explícito en las políticas integrales de desarrollo territorial. No basta con la construcción de grandes infraestructuras, la ciudad debe estar diseñada para resistir impactos naturales o antrópicos “sin fallar”, incluyendo redundancias críticas (redes de agua, energía y movilidad) y la restauración activa de servicios ecosistémicos.

 

Planes y programas urbanos deben incorporar:

1. Identificación y zonificación de áreas de recarga hídrica y conectividad ecológica como límite a la expansión urbana.

2. Estrategias de transformación de residuos en recursos (“economía circular aplicada”).

3. Incorporación de soluciones basadas en la naturaleza (SbN) para la prevención de riesgos.

 

Como cierre conceptual se pudiera afirmar:

Se reconoce que un diagnóstico integral y metodológicamente robusto es condición necesaria (pero no suficiente) para lograr la transformación urbana sustentable en México. La traducción práctica de estos diagnósticos en proyectos y políticas públicas será el foco del próximo artículo, “Implementación, Monitoreo y Herramientas Específicas para la Integración Ambiental”.


FUENTES

1. City Resilience Framework 2024 (CRF ’24)

El City Resilience Framework (CRF’24) es la referencia global para planeación urbana resiliente es la publicación original de Arup y Rockefeller, su documentación oficial y análisis de la red Resilient Cities Network.

2. Guía de Resiliencia Urbana SEDATU–ONU-HABITAT

La “Guía de Resiliencia Urbana 2016” de SEDATU, SEGOB y ONU-Habitat (descargable desde el portal de Gob MX), así como estudios de casos que analizan la metodología del Perfil de Resiliencia Urbana (CRPP) y documentan su aplicación en México.

3. PERIVE-CDMX (Programa Especial de la Red de Infraestructura Verde)

El Programa PERIVE-CDMX cuenta con fundamento y reconocimiento documentados por la propia Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, así como medios especializados y la Primera Bienal de Urbanismo 2024.

4. PMDU y metodología municipal

La “Guía metodológica para Programas Municipales de Desarrollo Urbano” está disponible de manera oficial en sitios del Gobierno de México. Detalla la estructura y los conceptos aplicados en los artículos, y es el estándar nacional para la actualización de plan municipal.

5. Datos históricos y análisis críticos

Para cifras de urbanización, migración y estructura urbana puedes usar estudios como los de Contreras et al. para las tendencias históricas de 1900 a 2005.

 

El presente tan solo es la opinión del autor y no se puede considerar como respuesta a pregunta o consulta alguna, cualquier duda o comentario sobre el particular, con gusto estamos a la orden.




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