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LA CONEXIÓN DE LOS POLOS DE DESARROLLO CON LA RESTAURACIÓN DE CUENCAS Y LA GESTIÓN INTEGRAL DEL AGUA EN MÉXICO: PROYECTOS 2025-2030.

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    GCDS
  • 2 jul
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Actualizado: 9 jul

LA CONEXIÓN DE LOS POLOS DE DESARROLLO CON LA RESTAURACIÓN DE CUENCAS Y LA GESTIÓN INTEGRAL DEL AGUA EN MÉXICO: PROYECTOS 2025-2030.

México arranca una agenda hídrica ambiciosa: iniciar la restauración de sus cuencas más contaminadas y, en paralelo, detonar 15 Polos de Desarrollo Económico para el Bienestar (PDB). Ambos programas comparten prioridades (infraestructura, energía, logística y sostenibilidad) y, de hecho, varios polos se localizan justo en las mismas cuencas que el gobierno federal pretende sanear. Este informe sintetiza los proyectos que están por arrancar en 2025, su estado de preparación y la forma en que se articulan con los PDB.

 

Para estar en el mismo canal de entendimiento, se hace sugerible el compartir algunos conceptos que permitan identificar diversas consideraciones relacionadas con las cuencas y su relevancia en los proyectos de desarrollo que ahora, la actual administración los ha denominado como Polos de Desarrollo; en este orden de ideas, tenemos que las cuencas hidrográficas son consideradas como la unidad territorial básica para la planeación y el manejo de los recursos naturales, así como una dimensión espacial y temporal fundamental para la adaptación ante el cambio climático (Biestroek, et. al., 2009; Semarnat, 2013). Sin embargo, para la implementación práctica de su manejo y gestión uno de los principales problemas a los que se enfrentaron científicos y tomadores de decisión, sigue siendo la ausencia de una delimitación de cuencas consensuada al interior de un país.

 

Así las cosas, se puede considerar que las cuencas hidrográficas son espacios territoriales delimitados por un parteaguas (partes más altas de montañas) donde se concentran todos los escurrimientos (arroyos y/o ríos) que confluyen y desembocan en un punto común llamado también punto de salida de la cuenca, que puede ser un lago (formando una cuenca denominada endorreica) o el mar (llamada cuenca exorreica). En estos territorios hay una interrelación e interdependencia espacial y temporal entre el medio biofísico (suelo, ecosistemas acuáticos y terrestres, cultivos, agua, biodiversidad, estructura geomorfológica y geológica), los modos de apropiación (tecnología y/o mercados) y las instituciones (organización social, cultura, reglas y/o leyes).


Los hallazgos clave

 

Cuatro macro-cuencas (Tula/Salado, Atoyac-Zahuapan, Lerma-Santiago y Sonora-Bacanuchi) recibirán financiamiento inicial en 2025 y montos plurianuales que superan 10,000 M$.

 

Tres de ellas (Tula, Atoyac y Lerma-Santiago) coinciden con polos industriales ya declarados; en Tula se instalará, además, el primer Parque Nacional de Economía Circular.

 

Las licitaciones de obras hídricas y las de los polos arrancan juntas en el segundo semestre de 2025, bajo un Comité Intersecretarial que integra SEMARNAT, CONAGUA, Economía y SHCP.

 

Reconocer la dinámica hidrológica, ecosistémica, cultural, social e institucional de las cuencas hidrográficas de México implica, primero, conocer donde vivimos, de dónde vienen los bienes y servicios ambientales de los que nos beneficiamos, el agua, la biodiversidad, el suelo, los bosques y las selvas, y cómo cumplen diversas funciones y se relacionan a partir del elemento integrador agua, que abarca en su red de arroyos y ríos una conexión inseparable entre la cuenca alta y la cuenca baja.

 

1. Panorama de cuencas prioritarias

 

1.1 Río Tula / Salado (Hidalgo)

Proyecto: Sistema de colectores, 3 estaciones de bombeo y envío de 100% de aguas residuales urbanas e industriales a la Planta de la CFE Francisco Pérez Ríos.

Inversión 2025-2026: 663 M$ aprobados; consulta pública abierta en julio 2025.

Meta 2030: remover 90% de descargas crudas y extraer sedimentos con metales pesados.

 

La cuenca aloja el PDB «Centro de Economía Circular» (Tlaxcoapan-Tula) enfocado en reciclaje de residuos sólidos, llantas y construcción; sus empresas requerirán agua tratada de calidad para procesos y para producir combustibles derivados de residuos.

 

La complejidad del manejo de una cuenca hidrográfica obliga a orientar acciones integrales y conceptualizar a la cuenca como un sistema complejo que a diversas escalas requiere del fomento de procesos colaborativos y de coordinación.


1.2 Río Atoyac-Zahuapan (Puebla-Tlaxcala)

Proyecto: Plan de Saneamiento Integral Atoyac; modernización de 13 PTAR, nuevos colectores y desazolve del lago de Valsequillo.

Inversión 2025: 2,500 M$ estatales y federales; adjudicaciones de tecnología de micro-/nanoburbujas previstas para noviembre 2025.

Meta 2030: reducir DQO en 70% y habilitar reúso agrícola.

 

El PDB «Capital de la Tecnología y la Sostenibilidad» en Ciudad Modelo (San José Chiapa, Puebla) se asienta en la cuenca alta y exigirá cumplimiento estricto de descargas industriales; el plan hídrico es condición habilitante para el polo.

 

1.3 Cuenca Lerma-Santiago

Fase inicial 2025: 500 M$ para diagnóstico y rehabilitación de tres macro-plantas en Alto Lerma.

Fase 2026-2030: bolsa tentativa de 7,000 M$ para colectores, humedales y cierre de descargas en Jalisco.

Objetivo: eliminar descargas tóxicas al Santiago y restaurar humedales Chapala-Lerma.

 

El polo logístico de Celaya (Puerta Logística del Bajío) y el clúster agroindustrial-semiconductores de Nezahualcóyotl se ubican en la cuenca; ambos deberán garantizar disponibilidad de agua de reúso y planes de cero descargas al Lerma.

 

1.4 Río Sonora-Bacanuchi

Situación: plan de remediación a cargo de Grupo México; 30 PTAP y dragado de sedimentos.

No se incluyó en inversión CONAGUA 2025, pero la Presidencia exige convenio de empresa y comunidades.

 

Relevancia PDB: Hermosillo será polo de electromovilidad; el Plan Hídrico Sonora 2023-2053 asigna 7,488 M$ a presas y acueductos que garanticen agua para industria y población.

 

Con lo anterior en consideración, se hace ahora necesaria identificar cual podría ser la vinculación estratégica entre cuencas hidrográficas y polos de desarrollo en México.


La conexión entre cuencas hidrográficas y polos de desarrollo es fundamental para la sostenibilidad económica y ambiental de México, ante todo y luego ya veremos cómo se desarrolla frente al programa. Esta relación se articula mediante tres ejes clave:

 

I. Las cuencas como base territorial de los polos

Las cuencas son la unidad básica de gestión del agua en México, con 731 cuencas delimitadas oficialmente por CONAGUA. Estas áreas definen la disponibilidad hídrica, condicionando la viabilidad de los polos de desarrollo:

 

a. Ubicación estratégica: Los polos industriales (automotriz, agroindustrial, logístico) requieren acceso a recursos hídricos estables, lo que explica su concentración en cuencas como Lerma-Santiago (Jalisco-Guanajuato) y Alto Atoyac (Puebla).

 

b. Gestión integrada: El enfoque de Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) establece que toda planificación económica debe considerar la capacidad de carga de las cuencas, incluyendo recarga acuífera y calidad del agua.

 

II. Interdependencia funcional

 

Los servicios ecosistémicos de las cuencas sustentan las actividades económicas de los polos:

 

a. Regulación hídrica: Cuencas funcionales mitigan inundaciones y sequías, protegiendo infraestructura industrial.

 

b. Suministro de agua: Industrias en polos como el de Celaya (Guanajuato) dependen de acuíferos recargados por cuencas conservadas.

 

c. Calidad del agua: La remediación en cuencas como Atoyac-Zahuapan es prerrequisito para actividades manufactureras de alta tecnología.

 

III. Mecanismos de articulación


 

2. Inversiones aprobadas y cronograma

 

Las asignaciones federales muestran prioridad clara en Tula, Atoyac y Lerma-Santiago, con promesa multianual al 2030.


Obras en cuencas México

inversiones cuancas 25-30
Compromisos de inversión pública en restauración de cuencas prioritaria

3. Mecanismos de gestión integral

 

Estos “Mecanismos de gestión integral” los podemos identificar como los articuladores clave entre cuencas y desarrollo, son herramientas operativas y de gobernanza que permiten materializar la vinculación entre la restauración de cuencas y los polos de desarrollo. Su diseño combina instrumentos técnicos, financieros, regulatorios y sociales para lograr una coordinación efectiva entre objetivos ambientales y productivos.

 

Principales mecanismos identificados:

 

Planes de Ordenamiento Ecológico Territorial (POET)

Delimitan zonas de actividad industrial según la capacidad de carga hídrica de la cuenca.

Ejemplo: En la cuenca Lerma-Chapala, el POET asigna el 40% del territorio a usos industriales controlados, condicionando la ubicación de polos a la disponibilidad de agua tratada.

 

Comités de Cuenca con participación multisectorial

Espacios de gobernanza que integran a autoridades, industrias y comunidades para:

a. Priorizar inversiones en infraestructura hídrica.

b. Monitorear metas de calidad del agua.


Caso: El Comité de la cuenca Atoyac-Zahuapan, donde empresas del polo industrial "Ciudad Modelo" cofinancian plantas de tratamiento.

 

Instrumentos económicos

Tarifas diferenciadas: Asignan costos de extracción según estrés hídrico (ej: Valle de México, tarifas 300% superiores en zonas críticas).

Bonos verdes: Financian infraestructura dual (ej: PTAR que sirven a polos industriales y comunidades).

Licencias ambientales condicionadas

 

Exigencias a los polos industriales:

a. Certificar sistemas de reúso de agua (≥50% en procesos).

b. Implementar proyectos de restauración en la cuenca donde se instalan.

 

Efectividad comprobada:

"Estos mecanismos transforman conflictos potenciales en oportunidades de corresponsabilidad industria-territorio"; su aplicación en cuencas como Lerma-Santiago y Tula, ha demostrado que: a. Reducen en 30% los tiempos de aprobación de proyectos industriales y; b.  Generan ahorros del 15-20% en tratamiento de agua para polos.

 

En otras palabras, estos mecanismos operan como engranes críticos que sincronizan la rehabilitación hídrica con el desarrollo económico, garantizando que los polos nazcan con cuencas saludables y las cuencas encuentren en la industria un aliado financiero. Su implementación responde al principio rector de la GIRH, donde de igual forma debemos tener en consideración los siguientes elementos:

 

Gobernanza intersecretarial: Comité de Polos (Economía) cruza información con CONAGUA y SEMARNAT para asegurar permisos de agua y cumplimiento de NOM-001, 002 y 003.

 

Financiamiento mixto: CONAGUA aporta CAPEX hídrico; FONADIN y desarrolladores de polos cofinancian PTAR y humedales in situ como infraestructura verde habilitante.

 

Monitoreo comunitario: convocatorias SECIHTI 2025 exigen observatorios ciudadanos y ciencia de datos para Tula, Atoyac y Lerma-Santiago.


Economía circular: los polos deberán documentar tasas de reúso de agua ≥50% y valorización de lodos, adelantando obligaciones de la próxima reforma a la Ley de Aguas.

 

4. Riesgos

 

A todo esto, por otro lado se hace necesario el poder identificar cuales podrían ser los efectos en caso de falta de sinergia, se tiene la experiencia que, en los conflictos hídricos 27% de las cuencas mexicanas sufren presión extrema por sobreexplotación industrial; por lo que respecta al impacto económico, se ha indicado que la contaminación en la cuenca del Río Sonora (2014) generó pérdidas de $2,300 MDP en actividades productivas; si bien son ejemplos en los que se pueden tener otras cifras o datos sobre el particular, a manera de idea estratégica, bien se puede afirmar que la identificación conjunta de cuencas y polos permite priorizar inversiones, buscar destinar recursos a infraestructura hídrica en polos de alto impacto (ej: PTAR para parques industriales); incidir en la acciones para fortalecer la gobernanza para los Comités de Cuenca con participación de industrias, como en Lerma-Chapala, sin perder de vista la relevante que puede ser el generar economías circulares: Uso de aguas tratadas en procesos industriales, reduciendo extracción de fuentes naturales.

 

No obstante lo mencionado, se pueden hacer algunas consideraciones adicionales respecto a otros riesgos como serían:

Riesgo de coordinación: retrasos en licencias ambientales pueden desfasar ambos cronogramas; la Presidencia establece «ventanilla única» de trámites cero dentro de los polos.

Financiamiento insuficiente: los 1,100 M$ iniciales cubren solo 10-15% del CAPEX total; se exploran bonos verdes y esquemas de pago por servicios ambientales.

Oportunidad de innovación: polos ofrecen mercado inmediato para tecnologías de reúso, captura de carbono y reconversión de lodos en biogás, alineadas al Plan México de contenido nacional.

 

Fortalecimiento del marco legal, vinculación y coordinación institucional

 

El éxito del Programa Nacional de Restauración Ambiental y la viabilidad de los Polos de Desarrollo dependen, en gran medida, de un marco legal robusto, así como de una articulación institucional eficaz. El PNRA se fundamenta en instrumentos jurídicos nacionales y compromisos internacionales, estableciendo la restauración ambiental como un derecho y una obligación del Estado mexicano. Sin embargo, la complejidad de las cuencas hidrográficas y la magnitud de los polos productivos requieren actualizar y armonizar la legislación hídrica, así como consolidar mecanismos de coordinación entre los distintos órdenes de gobierno, organismos de cuenca, sector privado y sociedad civil. Solo mediante una gobernanza efectiva y una regulación moderna será posible garantizar que las acciones de restauración y desarrollo se traduzcan en beneficios tangibles y duraderos para los ecosistemas y las comunidades, asegurando la sostenibilidad y resiliencia del territorio nacional; en este orden de ideas:

 

1. Promover la incorporación del enfoque integral de restauración en la normatividad aplicable del país.

2. Establecer las directrices para la implementación de la restauración en el territorio e incrementar la mitigación de los efectos del cambio climático.

3. Fortalecer las políticas de desarrollo económico bajo un marco de sustentabilidad y economía circular para reducir la degradación de los ecosistemas y detener la pérdida de biodiversidad.

4. Revisar y fortalecer el marco normativo para el control y monitoreo de la calidad del agua, actualizando las normas existentes e incorporando criterios de biodiversidad.

5. Establecer mecanismos de coordinación entre Conagua, Semarnat y gobiernos estatales para la gestión integrada de cuencas.

6. Contar con un Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático que considere como estrategias la restauración y la adopción de soluciones basadas en la naturaleza.

7. Vincular los planes y programas nacionales y estatales en materia ambiental para fortalecer acciones de restauración.

8. Incentivar la cooperación internacional para impulsar la colaboración técnica y financiera en materia de restauración.

9. Fomentar la cooperación y colaboración de todas las instancias gubernamentales y niveles de gobierno para la restauración, el desarrollo de soluciones y la conservación de la biodiversidad, dentro de la política ambiental y ecológica humanista.

10. Impulsar sinergias con instituciones académicas, asociaciones civiles y comunidades para impulsar políticas públicas para la reducción de vulnerabilidad y riesgos ambientales.

11. Destinar el 3.5 % de la inversión de proyectos de infraestructura para medidas de restauración, remediación, mitigación y compensación.

 

Si bien estas once acciones no se han generado del que escribe, definitivamente, sería de gran relevancia el poder logar que al menos varias de ellas, puedan ser realizadas y consumadas.

 

Este 2025 será el año de arranque simultáneo de dos grandes políticas federales: el saneamiento de cuencas críticas y los Polos de Desarrollo. Tula, Atoyac y Lerma-Santiago concentran la primera ola de obras y, coincidentemente, hospedan polos industriales que demandan seguridad hídrica y gestión de residuos. La vinculación es clara: sin restauración de las cuencas, los nuevos parques industriales carecerán de licencia social y ambiental; sin la inversión productiva de los polos, el financiamiento de largo plazo para mantener la infraestructura hídrica quedaría en riesgo.

 

 

El presente documento representa un punto de vista del autor, no es respuesta ni orientación sobre tema o asunto que se pueda vincular al presente; cualquier consideración que se tuviera, con gusto estamos a la orden.




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