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MICROPLÁSTICOS: ENTRE LA CIENCIA, LOS RITOS URBANOS, LA CIRCULARIDAD Y LA DEUDA REGULATORIA EN MÉXICO.

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    GCDS
  • 1 nov
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MICROPLÁSTICOS: ENTRE LA CIENCIA, LOS RITOS URBANOS, LA CIRCULARIDAD Y LA DEUDA REGULATORIA EN MÉXICO.

Del laboratorio al discurso público: mitos, verdades y vacíos normativos de una contaminación invisible.

 

I. INTRODUCCIÓN: LA CONTAMINACIÓN QUE NO VEMOS

 

Cada vez que lavas una chamarra de poliéster, liberas al drenaje hasta 700,000 fibras microplásticas. Cuando un camión urbano frena en un semáforo, partículas de llanta y asfalto se pulverizan en el aire que respiras segundos después. Y cuando bebes agua embotellada (algo que en México hacemos más que en casi cualquier país del mundo), ingieres en promedio 240,000 fragmentos de plástico al año, según un estudio de la Universidad de Columbia publicado en 2024.

 

Los microplásticos se han convertido en el nuevo villano ambiental. Activistas los señalan, marcas los explotan en sus campañas "eco-friendly", redes sociales los viralizan con alarma. Pero entre la histeria colectiva, los intereses comerciales y la desinformación deliberada, ¿qué dice realmente la ciencia? ¿Qué regula (o ignora) el derecho mexicano? Y, sobre todo, ¿de dónde vienen realmente estos contaminantes invisibles?

Este artículo busca distinguir entre lo que sabemos con evidencia, lo que creemos por costumbre y lo que el Estado mexicano aún no se atreve a regular.

 

II. QUÉ SON Y DE DÓNDE VIENEN: CIENCIA SIN DRAMA

 

Los microplásticos son fragmentos de polímeros sintéticos menores a cinco milímetros. Pueden ser primarios (fabricados intencionalmente pequeños, como micro perlas en cosméticos o pellets industriales) o secundarios (resultado de la degradación de plásticos más grandes por acción del sol, el agua y la fricción).

 

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente (2023), las fuentes principales de microplásticos secundarios son:

 

a. Desgaste de llantas de vehículos: 28% del total

b. Textiles sintéticos (lavado de ropa): 35%

c. Pérdidas en la gestión de residuos: 15%

d. Pintura y recubrimientos: 10%

e. Micro perlas en cosméticos: 2%

 

En México, el problema se agrava por tres factores estructurales:

 

1. Bajo tratamiento de aguas residuales: Solo el 57% del agua residual urbana recibe algún tipo de tratamiento (CONAGUA, 2024), y de ese porcentaje, apenas una fracción cuenta con filtración avanzada capaz de retener microplásticos.

2. Obsolescencia del parque vehicular: Más del 40% de los vehículos en circulación tienen más de 15 años, lo que incrementa el desgaste de llantas y la liberación de partículas.

3. Consumo masivo de textiles sintéticos baratos: Lo que llaman “El fast-fashion” domina el mercado mexicano. Un solo ciclo de lavado de una sudadera de poliéster puede liberar hasta 1,900 fibras microplásticas que terminan en ríos, lagos y, eventualmente, en cultivos de riego.

 

Entonces, ¿qué tan graves son?

La evidencia científica actual es clara en dos puntos:

a. Sí están en todas partes: aire, agua, suelo, alimentos, y dentro de nuestros cuerpos (se han detectado en sangre humana, pulmones y placenta).

b. Aún no sabemos con certeza el daño que causan: estudios en animales muestran inflamación, disrupción endocrina y efectos neurotóxicos, pero no hay consenso sobre el umbral de riesgo para humanos.

 

Lo que sí sabemos es que la carga de microplásticos aumenta exponencialmente año con año y que esperar certeza científica total antes de regular, puede ser tarde.

 

III. RITOS URBANOS: LO QUE LA GENTE CREE VS. LO QUE DICE LA CIENCIA

 

En redes sociales mexicanas circulan regularmente videos alarmistas: "Nunca más uses tuppers de plástico", "El cloro del agua embotellada te envenena", "Los microplásticos causan cáncer". Algunos son medias verdades; otros, desinformación pura.

 

Veamos los mitos más persistentes:

 

Mito 1: Calentar comida en plástico libera microplásticos letales

Verdad a medias. Calentar plásticos puede liberar compuestos químicos (ftalatos, BPA), pero no necesariamente microplásticos. El riesgo depende del tipo de plástico, la temperatura y el tiempo de exposición. Usar recipientes aptos para microondas (con símbolo específico) minimiza el riesgo. El problema no es el calentamiento en sí, sino usar plásticos no diseñados para altas temperaturas.

 

Mito 2: Prohibir popotes resolverá el problema

Falso. Los popotes representan menos del 0.03% de los microplásticos en el ambiente. La medida tiene valor simbólico, pero no toca las fuentes reales: llantas, textiles, sistemas de drenaje sin filtración avanzada. Es el equivalente a barrer la sala mientras la cocina se inunda.

 

La realidad incómoda

El agua embotellada contiene microplásticos, pero también el agua de la llave en muchas zonas urbanas (provenientes de tuberías viejas y falta de filtración). Los productos "biodegradables" solo se degradan bajo condiciones industriales específicas que no existen en México y en el proceso también liberan micro y nanoplásticos. La solución no está en el consumo individual "consciente", sino en infraestructura pública (plantas de tratamiento avanzadas), regulación industrial y diseño de productos desde el origen.

 

IV. MARCO JURÍDICO MEXICANO: EL ELEFANTE EN LA HABITACIÓN

 

Aquí viene la parte incómoda: México no tiene una sola norma específica sobre microplásticos.

 

¿Qué regula el Estado mexicano en materia de plásticos?

a. NOM-127-SSA1-2021 (agua potable): Establece límites para metales pesados, compuestos químicos, bacterias... pero no menciona microplásticos ni nanoplásticos.

b. Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR): Regula la disposición de residuos sólidos urbanos, pero no aborda la contaminación difusa por micropartículas.

c. NOM-001-SEMARNAT-2021 (descargas de aguas residuales): Establece parámetros físico-químicos y bacteriológicos, pero no exige la retención de microplásticos.

d. Prohibiciones estatales y municipales: Varios estados han prohibido bolsas de plástico de un solo uso, popotes y unicel. Pero estas medidas no abordan las fuentes principales de microplásticos.

 

Vacíos críticos:

1. No hay monitoreo obligatorio de microplásticos en agua potable, aire o alimentos.

2. No hay límites máximos permisibles en ninguna norma.

3. No hay obligación para fabricantes de textiles, llantas o pinturas de reducir la liberación de micropartículas.

4. Las plantas de tratamiento de aguas residuales no están diseñadas ni obligadas a filtrar microplásticos.

 

Comparativa internacional:

a. Unión Europea: En 2023 prohibió microperlas en cosméticos y estableció requisitos de etiquetado para productos que liberan microplásticos. Además, está

desarrollando un reglamento para exigir filtros en lavadoras nuevas a partir de 2025.

b. California (EE.UU.): En 2024 aprobó la AB-1628, que exige monitoreo obligatorio de microplásticos en agua potable y evaluación de riesgos para la salud.

c. Chile: En 2023 prohibió la venta de cosméticos con microperlas y exigió etiquetado en productos textiles sintéticos.

 

México, mientras tanto, sigue sin dar el primer paso normativo.

 

V. IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL: QUIÉN PAGA LA CUENTA

 

La contaminación por microplásticos no es solo un problema ambiental; es un problema de justicia social y económica. Aunque aún no hay consenso científico sobre el impacto exacto en salud humana, los estudios preliminares sugieren riesgos de inflamación crónica, disrupción endocrina, daño pulmonar por inhalación y posible transferencia placentaria.

 

El costo económico de atender enfermedades asociadas aún no se ha cuantificado en México, pero en Europa se estima en miles de millones de euros anuales.

 

Ambientalmente, microplásticos han sido detectados en cultivos de maíz, jitomate y chiles en el Valle de México (estudio UNAM, 2023). Ríos como el Atoyac-Nexapa, el Lerma y el Tula transportan altas concentraciones que afectan biodiversidad y servicios ecosistémicos. Como siempre, los más vulnerables son los más expuestos: comunidades rurales que riegan con aguas residuales no tratadas, trabajadores de industrias textiles y de reciclaje informal, y poblaciones urbanas marginadas sin acceso a agua potable de calidad.


VI. ECONOMÍA CIRCULAR Y LA BATALLA DE LOS ENVASES: ¿SOLUCIÓN O DISTRACCIÓN?

 

El debate sobre microplásticos no ocurre en el vacío. Se inserta en una batalla más amplia sobre economía circular y el futuro de los envases en México, donde intereses económicos, narrativas ambientalistas y proyectos legislativos convergen en un campo de disputa apenas visible para el consumidor promedio.

 

Economía circular se ha convertido en el concepto favorito de empresas, gobiernos y activistas. La idea es simple: cerrar el ciclo de materiales para que nada se "desperdicie". En la práctica, sin embargo, el término se usa de formas contradictorias. Para la industria del plástico, significa "reciclar más"; para la del vidrio, "retornar al envase retornable"; para la del aluminio, "demostrar que somos los más reciclados". Cada sector presenta su material como la solución sustentable, mientras financia campañas que cuestionan a los competidores.

 

En México, el proyecto de Ley de Economía Circular (actualmente en análisis legislativo) busca establecer principios de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), obligando a fabricantes de envases a financiar su recuperación y reciclaje. Pero la batalla por definir qué materiales se regulan más estrictamente, qué se considera "reciclable" y quién asume costos está lejos de resolverse.

 

Plastiqueros argumentan que el problema no es el material sino la infraestructura de gestión; vidrieros señalan que el vidrio es "infinitamente reciclable"; lateros (aluminio) destacan su alta tasa de recuperación. Todos tienen parte de razón, y todos ocultan algo.

 

El tema de los microplásticos se ha convertido en munición de esta guerra comercial. Campañas financiadas por industrias de vidrio y aluminio enfatizan el peligro de microplásticos para impulsar sustitución de envases, mientras la industria del plástico contraataca con estudios sobre el ciclo de vida completo que muestran que vidrio y aluminio tienen mayores huellas de carbono en producción y transporte. La ciencia independiente, mientras tanto, señala una verdad incómoda: no hay material perfecto; solo hay trade-offs entre energía, agua, emisiones, reciclabilidad real y costos.

 

La tabla siguiente resume las fortalezas y debilidades reales de cada material, más allá del marketing:


Material

Ventajas

Desventajas

Reciclabilidad Real en México

Plástico (PET)

Ligero, bajo costo energético de producción

Genera microplásticos, baja tasa de reciclaje

~15-20%

Vidrio

Infinitamente reciclable, no genera microplásticos

Alto costo energético, pesado (más emisiones en transporte)

~25-30%

Aluminio

Alta reciclabilidad, ligero

Altísimo costo energético de producción primaria

~60-70%

Bioplásticos

Fuente renovable, potencial biodegradabilidad

Requiere compostaje industrial (inexistente en México), confusión del consumidor

<5%

 

¿Hacia dónde va México? La respuesta dependerá menos de la ciencia y más de quién logre influir mejor en la Ley de Economía Circular. Mientras tanto, el verdadero elefante en la habitación sigue ignorado: el modelo de consumo desechable en sí mismo, sin importar el material del envase. La solución no está en elegir un "material ganador", sino en reducir producción, alargar vida útil, y construir infraestructura de recuperación que actualmente no existe.

 

Este tema en particular de la Economía Circular, lobbies industriales, y la batalla por el futuro de los envases en México, será desarrollado en profundidad en un análisis próximo de esta serie.

 

VII. TRATADO GLOBAL SOBRE PLÁSTICOS: UNA OPORTUNIDAD HISTÓRICA

 

En diciembre de 2024, se celebró en Busan, Corea del Sur, la quinta y última ronda de negociaciones (INC-5) del Tratado Global sobre Plásticos, bajo el auspicio de la ONU.

Este tratado busca:

a. Reducción en la producción de plásticos vírgenes.

b. Eliminación de aditivos tóxicos.

c. Diseño de productos reutilizables y reciclables desde el origen.

d. Mecanismos de financiamiento para países en desarrollo.


¿Cuál es la posición de México?

Hasta octubre de 2025, México ha participado en las negociaciones, pero no ha asumido una postura de liderazgo regional como sí lo han hecho Chile, Colombia o Costa Rica. Tampoco ha adelantado regulación interna para alinearse con lo que será un estándar global obligatorio.

 

La pregunta es: ¿Esperará México a que el tratado entre en vigor para empezar a regular, o tomará la iniciativa?

 

VIII. ¿QUÉ DEBERÍA HACER MÉXICO? PROPUESTAS CONCRETAS

 

Si el objetivo es pasar del discurso a la acción, aquí hay medidas viables y efectivas:

1. Regular, no solo prohibir

  • Establecer una NOM específica sobre microplásticos que incluya:

    • Límites máximos permisibles en agua potable, aire y alimentos.

    • Obligación de monitoreo en plantas de tratamiento.

    • Etiquetado obligatorio en textiles sintéticos, pinturas y llantas.

2. Modernizar infraestructura de saneamiento

  • Invertir en filtración terciaria y membranas avanzadas en plantas de tratamiento.

  • Implementar humedales artificiales para retención de microplásticos en zonas periurbanas.

3. Regular la industria textil

  • Exigir filtros en lavadoras industriales y comerciales (lavanderías, hoteles).

  • Promover investigación en textiles alternativos (fibras naturales, bioplásticos certificados).

4. Fomentar economía circular en llantas

  • Establecer programas de responsabilidad extendida del productor para llantas usadas.

  • Desarrollar pavimentos con caucho reciclado que minimicen el desgaste.

5. Educación pública basada en evidencia

  • Campañas que expliquen las fuentes reales de microplásticos (no solo "deja de usar popotes").

  • Información clara sobre cómo reducir exposición sin caer en pánico o desinformación.

 

VIII. CONCLUSIÓN: LA PREGUNTA QUE NADIE QUIERE HACER

 

Los microplásticos no son un invento de la industria del vidrio ni una moda ambientalista. Son partículas reales, medibles, omnipresentes. Están en el agua que bebes, el aire que respiras, la comida que comes. Probablemente están en tu sangre ahora mismo.

 

Pero el miedo o pánico no sirve para nada ni construye soluciones, pero la ciencia sí; mismas soluciones que no se generan por las prohibiciones simbólicas que tranquilizan la conciencia pública mientras ignoran las fuentes estructurales del problema, ni las batallas comerciales entre industrias que buscan demostrar que su material desechable es más sustentable que el de la competencia.

 

México tiene una oportunidad histórica, por lo general eso sucede, mientras el mundo negocia el tratado global sobre plásticos, podemos adelantarnos con regulación inteligente, infraestructura de saneamiento y educación basada en evidencia. O podemos seguir prohibiendo popotes mientras los ríos urbanos se convierten en autopistas de contaminación invisible y las industrias pelean por quedarse con el mercado de los "envases sustentables".

 

La pregunta no es si los microplásticos son un problema.La pregunta es: ¿cuánto tiempo más vamos a fingir que regular lo visible es suficiente?

 


FUENTES Y REFERENCIAS

  1. Agencia Europea de Medio Ambiente (2023). Microplastics from textiles: towards a circular economy for textiles in Europe.

    https://www.eea.europa.eu/en/analysis/publications/microplastics-from-textiles-towards-a-circular-economy-for-textiles-in-europe

  2. Universidad de Columbia (2024). Rapid single-particle chemical imaging of nanoplastics by SRS microscopy. Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

    https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2300582121

    https://news.climate.columbia.edu/2025/05/05/nanoplastics-are-all-around-and-inside-us/

  3. CONAGUA (2024). Estadísticas del Agua en México 2023.

    https://sinav30.conagua.gob.mx:8080/Descargas/pdf/EAM2023_f.pdf

    https://agua.org.mx/biblioteca/estadisticas-del-agua-en-mexico-2023-conagua/

  4. UNAM - Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (2023). Microplásticos en suelos agrícolas del Valle de México.

    (Referencia académica, disponible en repositorios institucionales UNAM)

  5. California Assembly Bill 1628 (2024). Drinking Water: Microplastics.

    https://leginfo.legislature.ca.gov/faces/billTextClient.xhtml?bill_id=202320240AB1628

  6. Tratado Global sobre Plásticos - UNEP (2024). INC-5 Negotiating Text - Busan, Corea del Sur.

    https://www.unep.org/inc-plastic-pollution

  7. Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (México, 2024).

    https://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGPGIR.pdf

  8. NOM-127-SSA1-2021. Agua para uso y consumo humano. Límites permisibles de la calidad del agua.

    https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5650705&fecha=02/05/2022

  9. Reglamento (UE) 2023/2055. Restricción de microplásticos añadidos intencionadamente.

    https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/ALL/?uri=CELEX:32023R2055

    https://trade.ec.europa.eu/access-to-markets/es/news/restriccion-de-los-microplasticos-en-la-ue-partir-del-17-de-octubre-de-2023

  10. Comisión Europea (2022). Estrategia de la UE para textiles sostenibles y circulares.

    https://environment.ec.europa.eu/strategy/textiles-strategy_en

  11. FashionUnited (2023). El impacto de la moda en la contaminación por microplásticos y la respuesta legislativa de la UE.

    https://fashionunited.es/noticias/contexto/el-impacto-de-la-moda-en-la-contaminacion-por-microplasticos-y-la-respuesta-legislativa-de-la-ue/2023110941920

  12. BBVA Research (2025). México: Agua que no has de beber - tendencias sobre el uso y disponibilidad hídrica.

    https://www.bbvaresearch.com/wp-content/uploads/2025/04/Mexico-situacion-hidrica-2025.pdf

 

 

El presente es la opinión personal del autor la que se basa en la información consultada, representando una opinión personal y no una respuesta a pregunta, consulta o duda que se tuviera sobre el tema desarrollado; de todas formas, cualquier duda, comentario o sugerencia, nos encontramos a la orden.




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